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Estas piedras son de color gris oscuro y una vez pulidas tienen un brillo metálico, por lo que suelen combinarse con la Plata para elaborar joyas y otros complementos. Son también llamadas Marcasitas, que incluso sería su nombre más apropiado, aunque por estas latitudes todos las conocemos como «Marquesitas».
El efecto que provoca ver una pieza de Marquesitas, está asociado a la percepción de lo antiguo, reminiscencias a las piezas de joyería de los propios ancestros, y por sobre todas las cosas, el brillo particular que transmiten sus piedras, que no se encuentra en cualquier otro tipo de joyería en Plata. Su público es fiel y de nicho, amante de este estilo tan original.
En cuanto a sus cuidados, la Marquesita es delicada y frágil, asimismo no soporta el calor extremo, por lo que demanda especial atención en su uso, ya que no pueden estar sometidas a altas temperaturas o fuentes de fuerte calor.
Con respecto a la forma en que se las monta en las piezas de joyería, siempre van pegadas, por lo que requieren también importantes cuidados con respecto a los golpes o a ser mojadas por ejemplo, ya que el agua en sí no afecta a la piedra, pero sí lo hace al pegamento que la sostiene, y termina provocando su desprendimiento por filtración.
Por último, cabe decir que la Plata con Marquesitas es una de las pocas combinaciones que tiene la ventaja de combinar elegancia con cotidianidad, lo que la convierte en una joya de ocasión especial o de uso diario según la necesidad.
